Mario Fanon Wiki
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Resumen

Música

Máquina atención Se recomienda abrir las músicas en pestañas diferentes a esta

1. https://youtu.be/Dxvej27d8N0

2. https://youtu.be/nRXGxYAXXh4

Lejano oeste-0

(En el Castillo de Peach, por la noche, Peach duerme en la cama de sus aposentos reales. En mitad de su sueño se da la vuelta y nota a su lado a alguien. Abre lentamente los ojos y ve a alguien entre toda la oscuridad)

- Peach. ¡¡¡Aaaaaaaahhh!!! ¡¡¡Aaaaaaaaahhhh!!! (Empieza a golpear al personaje)

- ???. ¡Peach, para! ¡Por el amor de Dios, deja de golpearme!

(Entra el Maestro Kinopio con una bata rosa y enciende las luces)

- Kinopio. ¿Qué está pasando aquí? ¡Que no son horas!

(Al encender las luces se puede ver al personaje que se ocultaba en la oscuridad: Mario)

- Peach. ¡¿Mario?! ¡¿Qué haces aquí?!

- Mario. Venía a darte las buenas noches, pero me quedé dormido.

- Peach. Pues la próxima vez avisa, ¡idiota! Ya he perdido el sueño. ¿Ahora cómo me duermo?

- Kinopio. Princesa Peach, permítame que le cuente un cuento para favorecer sus necesidades de sueño.

- Peach. Adelante.


- Kinopio. Todo se ambienta en el Lejano Oeste del siglo XIX. En una zona con pocos edificios, donde todo era relativamente tranquilo, la gente vivía pacíficamente. Hasta que llegó un forastero que se interpondría en sus vidas...



Diálogo

(El desierto del Reino Champiñón del siglo XIX. Una región está llena de casas de madera orientadas en torno a un amplio camino central. Se pueden ver parejas de Yoshis tirando de carrozas, gente paseando por la zona y algunas personas bebiendo licor. Las casas son en su mayoría hoteles, bares... Algunas casas pertenecen a dueños que viven en ella, otras casas cumplen las funciones de educación, sanidad, ocio y juegos...)

(En uno de los bares, la sala es amplia. Hay muchas mesas y sillas, pero sólo unas pocas están ocupadas. Un camarero, Spiriney, limpia un vaso de cristal con un paño. Tres jóvenes vaqueros, Goombil, Partropi y Guydel, se encuentran sentados en una mesa bebiendo)

- Goombil. (Deja el vaso en la mesa y resopla) Uaaah... Acabé.

- Guydel. Rayos. Otra vez acabaste la bebida antes que nosotros. (Saca unas monedas) Aquí tienes el dinero que has ganado en la apuesta.

- Partropi. ¿Cómo bebes tan rápido? No me lo explico.

- Guydo. (Se toca el bigote pintado con tinta negra en su máscara) Al no tener manos, no puede dejar de beber. Así que tiene dos opciones: o beber o ahogarse.

- Goombil. (Eructa) Exactamente.

(Se oyen pisadas fuera del establecimiento que se van oyendo cada vez más cercanas)

(Comienza la música 1)

(Pancho abre de una patada las puertas del establecimiento. Se trata de un hombre con bigote procedente del Reino Judía y con una sonrisa perfecta. No tiene un antifaz, pero sí un sombrero de vaquero que cubre gran parte de su cabeza. Avanza decidido hasta el final del bar)

- Spiriney. Buenos días, caballero. ¿Qué se le ofrece?

- Pancho. Deme una copa del licor más fuerte que tenga.

- Spiriney. Marchando un chupito de champiñón ardiente.

- Pancho. Puaj, qué asco dan los champiñones. Esos hongos con sombrero que tienen un sabor repugnante, argh...

- Spiriney. ¿Entonces quiere eso u otra cosa?

- Pancho. En fin, si eso es lo más fuerte que tiene, lo tomaré.

- Spiriney. (Coge la botella adecuada, saca un vasito, abre la botella y llena el vasito) Ahí tiene, señor.

- Pancho. (Traga el licor de un solo trago) Ah. ¿En serio esto es lo más fuerte que tiene? Menuda decepción.

- Spiriney. Lo... Lo siento.

- Pancho. Deme toda la botella.

- Spiriney. Vale... Serán 550 monedas.

- Pancho. ¿Me piensas cobrar? ¿Tú a mi? ¿Después de haberme dado un licor que no sabe a nada? No pienso pagarte nada.

- Spiriney. Pero señor, no puede hacer eso.

- Pancho. (Desenfunda su pistola al instante y dispara a tres champiñones colocados en una estantería cercana al techo. Spiriney se refugia bajo el tablón de madera y Pancho guarda su pistola) Aquí tienes, señor. (Se gira hacia la salida con la botella de licor en su mano)

- Partropi. Uf... Tengo que ir al baño urgentemente.

(Partropi saca una pierna fuera de la mesa para levantarse, y casualmente se tropieza con ella Pancho. Pancho da varios pasos al frente incontrolados, y tras una dura lucha por mantener el equilibrio se tiene en pie y salva la botella)

- Pancho. ¡¿Eres idiota?! ¡Casi me tiras la botella!

- Partropi. Perdone, forastero. Fue culpa mia. (Le da unas palmadas en la espalda y a causa de ello a Pancho se le cae la botella al suelo, rompiéndose en mil pedazos)

- Pancho. (Rojo de furia) ¡¡Imbécil!! ¡¡Estúpido!! ¡¿Cómo te atreves a fastidiarme de esta manera?!

- Partropi. Disculpe. Fue también fallo mio. Siento haberle tirado la botella.

- Pancho. Más lo vas a sentir cuando te mate. (Saca un guante) Señor mío, le reto a un duelo. (Le pega un guantazo en la cara)

- Partropi. ¿Cómo?

- Pancho. Mañana a las doce en punto de la mañana los dos nos reuniremos en la plaza central, al aire libre. Traiga pistola. Si no se presenta, su reputación desaparecerá para siempre, aunque yo preferiría eso si compitiera con un tipo como yo.

- Goombil. ¿Y quién es usted?

- Pancho. Mi nombre es Pancho, aunque por todo el mundo soy conocido como la Judía Rápida. (Desenfunda dos pistolas al instante, y las vuelve a guardar) Bueno, amigo, nos vemos mañana al mediodía.

(Pancho sale del establecimiento)

(Para la música 1)

- Guydel. Pues a mi su nombre no me suena.

- Goombil. Yo he oído hablar de él. Es un vaquero que jamás ha perdido un duelo. Y mira que ha participado en muchos.

- Guydel. Normal, si no estaría muerto.

- Goombil. Partropi, mejor no te presentes. Vas a morir seguro.

- Guydel. Partropi, ¿qué piensas hacer?

- Partropi. De momento ir al baño, que no puedo aguantar más.

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(Tiempo después, los tres personajes salen del establecimiento y se ponen a caminar por el paseo que hay frente a todos los edificios. Hace bastante calor)

- Goombil. En serio, Partropi, no te presentes al duelo. Es muy arriesgado.

- Partropi. Ha desafiado mi honor, y si no me presento lo perderé. Podría incluso hasta ser expulsado del pueblo por ello.

- Guydel. Hala, no digas burradas. Aquí nadie tiene apenas honor y seguimos aquí viviendo.

- Partropi. Como dijo alguien hace tiempo, prefiero morir de pie que vivir de rodillas.

- Goombil. Seguro que el que lo dijo no se había enfrentado a la Judía Rápida...

- Guydel. Y además, ¿por qué morir de pie y vivir de rodillas? Mejor será vivir de pie, digo yo.

- Goombil. Partropi, las posibilidades de que ganes son casi nulas. ¿Qué experiencia tienes tú en duelos?

- Partropi. Ninguna, pero la voy a tener.

- Goombil. ¿A qué te refieres?

- Partropi. (Para en mitad del camino, gira a su derecha y señala algo) Estáis en frente de vuestra respuesta.

(Goombil y Guydel se giran y ven lo que señala Partropi: el cuartel del sheriff del pueblo)

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(Dentro del cuartel bien iluminado, se encuentra Bow, el sheriff del pueblo. Con su sombrero de vaquero, una estrella pegada a su caparazón y unas botas marrones, se encuentra descansando con las pies apoyados sobre su mesa y sentado sobre su asiento cómodo)

- Bow. (Abre un ojo y ve a los tres personajes) ¿Qué os trae por aquí?

- Partropi. Sheriff Bow, necesito su ayuda. Querría aprender a disparar una pistola.

- Bow. (Sonríe) Ja... Jaja... ¡Jajajaja! Ni que fuera cosa imposible.

- Partropi. Me refería a aprender a manejarla bien. ¿Podría usted enseñarme?

- Bow. ¿Quién te has creído que soy, chaval? ¿Acaso un profesor? Vete por donde has venido y no me hagas perder el tiempo.

- Partropi. Pero señor, necesito aprender urgentemente.

- Bow. Pues vete a un entrenamiento. Al final del camino hay una casa en donde en tan sólo 2 meses puedes convertirte en profesional.

- Partropi. Es que lo mío es más urgente... Para mañana tendría que saber manejarla perfectamente ya...

- Bow. ¿Para mañana? Pues date por muerto si es que tu vida depende de ello.

- Goombil. (Guiña un ojo a sus compañeros) Vamos a dejarlo. Está visto que no hay nadie tan bueno y capaz como para poder enseñarte, Partropi...

- Bow. Eh, eh, chaval. Espera un momento. (Los tres miran a Bow) Voy a conseguir que aprendas a disparar. ¿Estás contento ya?

- Partropi. ¡Sí! ¡Muchas gracias! ¿Me va a enseñar usted?

- Bow. No, que estoy muy atareado. Voy a dejarte con un maestro en el uso de armas de fuego. Su nombre es Kam. ¡Adelante, Kam!

(Entra por la entrada Kam, abriendo la puerta fuertemente. Los tres personajes se giran para ver su rostro y ven a un Magikoopa con trajes azul oscuro. Tiene gafas, pero su ojo derecho está recubierto por un parche, y además tiene rasguños por la cara)

- Kam. ¿Me llamó, sheriff Bow?

- Bow. Así es. Necesito que enseñes a disparar a este Paratroopa. (Señala a Paratroopi)

- Guydel. Uh, qué miedo da...

- Goombil. Sí, sí... ¿Qué le habrá pasado en el ojo?

- Kam. Invierno de 1854. Iba paseando tranquilamente por este lugar cuando unos bandidos se toparon en mi camino y...

- Guydel. (Interrumpe a Kam) Lo siento, pero es que no soporto las historias sangrientas.

- Kam. Déjame terminar. Como decía, los bandidos habían salido del banco del pueblo, eran tres. Alcé mi varita lo más rápido que pude, invoqué mi pistola y les disparé a los tres. Cuando acabé con sus vidas, me acerqué y observé que uno de ellos llevaba un parche de pirata. Me gustó tanto que me lo quedé y desde entonces me lo pongo en el ojo derecho.

- Goombil. ¿Entonces no te pasa nada en ese ojo?

- Kam. No. ¿Qué demonios me iba a pasar?

- Goombil. Eh... Nada, nada...

- Partropi. Bueno, ¿entonces me enseñarás a disparar o qué?

- Kam. Que sí, pesado. Voy a conseguir que dispares como un verdadero maestro en... ¿cuánto tiempo tienes?

- Partropi. Menos de un día.

- Kam. (Traga saliva) Ugh... Bueno, lo intentaré. Con paciencia se consiguen las cosas.

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(Comienza la música 2)

(En un amplio campo se encuentran Partropi y Kam a 100 metros de distancia de una valla de madera sobre la cual están apoyados cuatro champiñones)

- Kam. Tienes que disparar y acertar en los champiñones que tienes en frente.

- Partropi. ¿Pero cómo voy a acertar en el disparo si a esta distancia ni los veo?

- Kam. Un buen pistolero tiene que acertar en una mosca a un kilómetro de distancia. Observa. (Kam invoca su pistola, apunta y dispara. Da de lleno en uno de los cuatro champiñones) ¿Viste? Ahora te toca a ti. Tienes tres oportunidades para demostrarme lo que vales.

- Partropi. Pe-pero...

- Kam. ¡¡Dispara!!

- Partropi. Vale, vale... (dispara una vez, pero no da a nada. Dispara otra vez y da a la valla de madera, pero muy lejos de los champiñones. Dispara una tercera vez y de nuevo no acierta) Bueno, creo que me he acercado, ¿no?

- Kam. (Se lleva la mano a la cabeza) Esto va a ser más complicado de lo que esperaba... (alza la varita e invoca pistolas en ambas manos de Partropi) Dispara todas las veces que puedas hasta acertar en uno de los champiñones, anda...

- Partropi. Vale... (empieza a disparar con las dos pistolas decenas y decenas de balas, pero no consigue acertar ni una vez. Kamek se empieza a poner rojo de la furia)

- Kam. Yyyyyyy... ¡Basta! (Alza de nuevo su varita, hace desaparecer las pistolas y las cambia por una ametralladora) ¡¡Vamos!! ¡¡Dispara de una maldita vez!!

- Partropi. Vale, vale, pero no me metas presión... (la ametralladora dispara decenas de balas por segundo, pero sigue sin acertar. Solamente deja una línea de balas por la valla de madera sin rozar los objetivos)

- Kam. (Intenta calmar sus nervios quitándose sus gafas y limpiándolas mientras Partropi dispara fallidamente. Cuando se pone de nuevo sus gafas, alza su varita, hace desaparecer la ametralladora e invoca un lanzamisiles) Esto es lo último que intento. Partropi, este lanzamisiles tiene una mirilla.

- Partropi. Anda, como las puertas.

- Kam. ¡Céntrate! En fin, apunta con la mirilla a uno de los champiñones y dispara. Y, por favor, acierta.

- Partropi. (Mirando por la mirilla) Ya tengo localizado el objetivo. (Dispara el misil, pero este sale volando sin acertar en el objetivo)

- Kam. ¡¿Pero cómo ha podido fallar?!

- Partropi. No sé. Porque yo miré por la mirilla... (señala la mirilla)

- Kam. ¡Pero esa no es! ¡Estabas mirando por el agujero del lanzacohetes, pedazo de imbécil! Y encima dices que tenías localizado el objetivo, sin siquiera verlo...

- Partropi. Bueno... Todo el mundo comete alguna vez algún error.

(Kam se frustra)

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(En otro momento se encuentran en otro campo llano Kam, Partropi y un Boo. Partropi y Boo se encuentran en frente el uno y el otro, y a un lado se encuentra Kam)

- Kam. Vamos a probar tus reflejos, Partropi. (Alza la mano y sujeta un pañuelo blanco) En cuanto diga la palabra: “¡Ya!”, coge el pañuelo. ¿Entendido?

- Partropi. Hmmmm... No.

- Kam. (Intentando controlar los nervios) A ver, querido Partropi... ¿Desde dónde no has entendido?

- Partropi. Desde que dijiste: “Con paciencia se consiguen las cosas”.

- Kam. Pero si eso lo dije antes de que empezáramos todo el entrenamiento...

- Partropi. Por eso. Es que no entiendo por qué tengo que disparar a cosas minúsculas a largas distancias ni por qué tengo que coger un pañuelo...

- Kam. Son ejercicios para entrenar tu destreza. Y ahora intenta coger el pañuelo cuando diga: “¡Ya!”.

- Partropi. (Coge el pañuelo blanco que sujeta Kam) Ya está.

- Kam. ¡¿Pero por qué lo coges?!

- Partropi. Porque dijiste “Ya”.

- Kam. Ya, pero ese “Ya” no era el “Ya” que yo te tenía que decir. ¿Ya lo entiendes?

- Partropi. Hmmm... Ya estoy más liado.

- Kam. Mira, ya me has cansado. En cuanto silbe, coges el pañuelo, ¿vale?

- Partropi. ¿Pero no tenía que cogerlo cuando dijeras “Ya”?

- Kam. ¡Ya no! Ahora cuando escuches un silbido.

- Boo. Ehmmm... ¿Esto es una broma o qué? Porque esto no me parece normal...

- Kam. ¡A ver, silencio! (Levanta la mano con el pañuelo y lo coloca entre Partropi y Boo. Instantes de tensión... Kam silba de repente, y el Boo coge el pañuelo mientras Partropi ni siquiera hace el gesto de intentar cogerlo) Partropi, ¿qué demonios pasa ahora? ¿Por qué no lo has cogido?

- Partropi. Porque me estás liando. Yo ya no sé si cogerlo cuando dices “Ya” o cuando silbas o cuando yo qué sé...

- Kam. (Se lleva la mano a la cabeza) ¿Por qué abré aceptado entrenarte...?

(Para la música 2)

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(De vuelta en el cuartel del Sheriff Bow, se encuentran Goombil, Guydel, Partropi, Kam y Bow)

- Kam. ¡¡Dios santo!! ¡¡Ni paciencia ni leches!! ¡¡No hay forma de enseñar nada a este cenutrio!!

- Guydel. (Susurra a Goombil) ¿Cómo le ha llamado?

- Goombil. (Susurra a Guydel) Creo que Centauro, por lo bien que dispara.

- Bow. (Mirando a Partropi) Pues no podemos hacer nada más, lo siento.

- Partropi. Pero si no lo hacen, moriré.

- Bow. Pues no haberte metido en líos. Aquí cada uno tiene que hacer frente a lo que se busca y punto en boca.

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(Cuando está anocheciendo, Partropi observa las vías de una locomotora desde una duna de arena alta. Una locomotora está circulando por las vías en ese momento)

- Partropi. (Suspira) Ufff... Estoy perdido... No tendré más remedio que abandonar este pueblo...

(Aparecen Goombil y Guydel detrás suyo y se sientan a su lado para observar también la locomotora en marcha)

- Goombil. Amigo, si tú te vas, nosotros nos iremos contigo.

- Partropi. ¿En serio? No tenéis por qué hacerlo. Este es vuestro hogar.

- Guydel. Es nuestro hogar si estamos todos juntos. Cuando alguno falta ya no todo es lo mismo.

- Partropi. Gra-gracias... De verdad, gracias.

- Goombil. Espera un momento. Se me ha ocurrido una idea para ganar el duelo.

- Partropi. ¿En serio? ¿Cuál?

- Goombil. Aquí nadie ha dicho que el duelo tenga que ser con disparos.

- Guydel. ... Pero se sobreentiende, ¿no?

- Goombil. Esta es la única opción que nos queda si queremos evitarlo. Empezaré a contároslo.

(Mientras Goombil les cuenta su plan, la noche va comenzando en el pueblo)

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(Comienza de nuevo la música 1)

(En la plaza principal se encuentran un gran grupo de personas observando el camino ancho en el que se encuentran enfrentados Pancho y Partropi. Pancho y Partropi se encuentran en cada extremo de la plaza)

- Pancho. (Escupe al suelo) Empecemos el duelo.

- Partropi. (Mira a Goombil, le guiña un ojo y mira a Pancho) Vamos a empezar con el duelo de comida.

- Pancho. ¿Cómo que duelo de comida?

- Goombil. A ver, tú no especificaste en qué iba a consistir el duelo, así que lo hemos decidido nosotros. Va a ser un torneo en el que tanto tú como Partropi podréis elegir a dos personas de entre los que estamos aquí para ver quién come más comida de la que vamos a traer hasta que el tiempo establecido se agote.

- Pancho. Pero bueno, sí aquí de toda la vida los duelos han consistido en disparar cuando se de una señal y el que quede en pie gana y ya.

- Partropi. Pues esta vez no lo vamos a hacer de tu manera, sino de la nuestra. Y si no te gusta, siempre puedes marcharte y mancillar tu reputación. ¿Eso quieres?

- Pancho. Chaval, tienes mucha valentía, lo reconozco. Pero tú no vas a jugar conmigo. Si quieres guerra, guerra es lo que vas a tener. Escojo a... (mira entre el público y ve a un hombre gordo) ...a ese tío de ahí.

- Partropi. Pues yo escojo al ratón gordo. (Guiña un ojo a Goombil)

- Vaquerónito. ¡¡Que no estoy gordo!! Lo que pasa es que estos pantalones vaqueros me hacen muy ancho.

- Guydel. (Dirigiendo hasta la plaza decenas de vaqueros montados en caballos y sujetando sacos gigantes de comida) Bien, ya está la comida preparada. El que más coma de los dos, ganará.

- Vaquerónito. Jaj jaj jaj... No sé ni cómo podéis dudar de quién será el ganador...

- Guydel. Participantes, colóquense en sus posiciones. Preparen cuchillo y tenedor... Preparados... Listos... ¡¡Ya!! (Los dos se ponen a comer) Ratónito, ¿no prefieres usar cuchillo y tenedor en vez de comer con las manos?

- Vaquerónito. ¡Cállat’, qu’ me dezconc’ntgas! (Sigue comiendo a toda prisa)

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(Tres minutos después, Guydel da un grito)

- Guydel. ¡Ya está! Ya ha pasado el límite de tiempo. Participantes, manos arriba.

- Koopa. (Limpiándose la boca con la manga de su camisa, aún tiene mucha comida delante suya) Puf, qué lleno estoy. Aunque es imposible comerse tanta co... (mira a Vaquerónito, quien se ha comido absolutamente todo) ...mida... ¡¿Pero cómo es posible?! ¡Si no hay tiempo para comérsela toda!

- Vaquerónito. Compañero, esto son años y años de entrenamiento.

- Partropi. ¡¡Bien!! Parece que gané, Judía Rápida.

- Pancho. Alto ahí, ¿te crees que soy tonto? ¿Acaso crees que no me he dado cuenta de que todo esto está trucado? Seguramente la comida que le pusiste a esa rata obesa era más fácil de comer que la de quien he escogido yo.

- Vaquerónito. ¡Y dale! Que no estoy gordo, lo que pasa es que mi estatura y mi peso están descompensados.

- Guydel. No, no. La comida que hay aquí es toda igual. De hecho a Vaquerónito le tocaron casi todos los jalapeños de sabor explosivo.

- Koopa. (Sudando y tirado en el suelo retorciéndose del dolor de los jalapeños) Aaaahh... Ayyyaayayy... M-me mu-muero...

- Vaquerónito. Hmmm... Ahora entiendo ese sabor tan rico que había en la comida. ¿Tenéis más de esos jalapeños?

- Pancho. ¡Ya he tenido suficiente! Vamos a hacer el duelo clásico y ya está. Paratroopa, colócate en el extremo de la plaza y yo en el otro. En cuanto un Lakitu nos dé la señal, podremos disparar. Y el que quede en pie será el ganador.

- Goombil. (Pensando en su mente) Ostras, esto no estaba previsto... (deja de pensar) Eh, señor Judía Rápida, ¿por qué no nos olvidamos de esto y seguimos cada uno con nuestras respectivas vidas?

- Pancho. Después de todo esto por supuesto que no.

- Goombil. Eh... ¿Y si lo dejamos para mañana? Ya estamos todos algo cansados y se ha pasado la hora del mediodía...

- Pancho. ¡Que se hace hoy y punto! Y no me contradigas, que te reto a un duelo a ti también, ¿eh?

- Partropi. Y-yo estoy muy nervioso. Rechazo el duelo, me marcho.

- Pancho. No, no. Ya que has venido aquí tienes que aceptar el duelo por obligación. Si abandonas, te dispararé.

- Partropi. Una cosa. Ya que he ganado yo este pequeño reto de comida, ¿por qué no me das ventaja en este duelo de verdad? Se me ha ocurrido que podríamos poner como ventaja el que yo pudiera disparar antes que tú.

- Guydel. (Le susurra a Partropi) Partropi, que no se juega por turnos, idiota...

- Pancho. ¡¡Vamos a empezar de una vez, leches!! ¡Colócate en el maldito extremo de la plaza ya!

(Aparecen dos Lakitus en el cielo sujetando un tablón grande de madera que tiene una frase pintada que dice: “¡El duelo comienza ya!”)

- Partropi. ¿Y si no quiero colocarme qué pasa?

- Pancho. Pues te pienso volar la cabeza con mi pistola.

- Goombil. Ya está bien. Tú no le vas a hacer daño a mi amigo, ¡no lo pienso permitir! (Se abalanza sobre Pancho)

- Guydel. ¡Ni yo tampoco! (Se abalanza también sobre Pancho)

- Pancho. ¡Idiotas, malnacidos! (Empieza a pelear contra Goombil y Guydel todos tirados en el suelo)

- Partropi. A mi no me vas a hacer nada, ¡judía patética! (También se abalanza sobre Pancho)

- Pancho. (En mitad de la pelea) ¡Os arrepentiréis de lo que estáis haciendo! ¡Os pienso dar vuestro merecido! (Mientras están los cuatro peleándose, Pancho dispara su pistola hacia el cielo. Goombil, Partropi y Guydel dejan de pelear, se levantan y se apartan del susto. Pancho se levanta con la pistola en mano) Ya no hay duelo que valga. Esto os va a costar la vida a los tres, y empezando por ti, Paratroopa estúpido. (El tablón de madera que sujetaban los Lakitus cae en la cabeza de Pancho, tirándole al suelo y dejándole inconsciente)

(Para la música 1)

- Partropi. ¡Ostras! ¿Qué ha sido eso?

- Guydel. Me parece que la Judía Rápida disparó a uno de los Lakitus por error y tuvieron que soltar el tablón...

- Goombil. Pues le han dado de lleno en la cocorota. Para mí que lo han dejado tonto...

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(En una casa de socorro en donde han atendido a la Judía Rápida, se encuentran esperando Goombil, Partropi, Guydel, Kam y el Sheriff Bow)

- Bow. Contento me tenéis. Habéis acabado con una leyenda viva.

- Goombil. Bueno... Eso de “viva” está por ver.

(Sale de una habitación un Buzzy Beetle con bigote y fumando)

- Kam. ¿Qué tal se encuentra la Judía Rápida?

- Guydel. ¿Traemos flores de vivo o de muerto?

- Beetle. El paciente acaba de entrar en coma, pero dado que no tenemos material sanitario suficiente, dudo que pueda permanecer así mucho más.

- Partropi. Ostras, ¿eso significa que va a despertar?

- Kam. No. Eso significa que se va a morir.

- Bow. Sí, y el siguiente en morir vas a ser tú. (Mira a Partropi) Si no hubieras matado a este hombre, miles de personas habrían venido a visitar este pueblo por ser una de las paradas de ese mito andante, so-tonto.

- Beetle. Bueno, siempre cabe una pequeña posibilidad de que el paciente se estabilice y... (empiezan a correr miembros del cuerpo sanitario hacia la habitación de Pancho, gritando: “¡No respira!”) ... Eh... Bueno... Lo siento mucho... Parece que se ha ido...

- Partropi. Miradlo por el lado bueno. Habremos perdido a una leyenda, pero ahora hemos ganado a otra que sigue viva: ¡yo! Yo he sido el único que ha sobrevivido a un duelo suyo.

- Bow. (Mira desafiante a Partropi y desenfunda su pistola) Ven aquí, inútil. ¡Yo sí que te voy a dar un buen duelo!

- Goombil. ¡Corre, Partropi! ¡¡Corre!!


(Partropi sale volando por una ventana esquivando las balas del Sheriff Bow)



(De vuelta en el Castillo Peach del presente, el Maestro Kinopio para de contar la historia. Peach está durmiendo y Mario está sentado a su lado en la cama)

- Kinopio. Y aquí termina la historia de un duelo que se desarrolló en unas circunstancias bastante raras. (Mira a Mario sonriente) Parece que se ha dormido.

- Mario. Pues sí, de lo aburrida que ha sido. ¿Qué le pasó al Paratroopa al final? ¿Fue pillado por el Sheriff? ¿Y qué pasó con el Koopa que se intoxicó a base de tragar jalapeños? ¿Y a dónde fue a parar el misil que lanzó el Paratroopa en campo abierto? Hay demasiados temas abiertos en la historia.

- Kinopio. Maestro Mario, a veces las historias no se acaban cuando se terminan de contar. Cada uno la acaba con su imaginación, y eso es lo bonito de las buenas historias. En fin, yo me voy a dormir, que es muy tarde.

(El Maestro Kinopio se va de la sala, y Mario aprovecha para abrazar a Peach mientras duerme)

- Mario. Princesa, si quieres puedo quedarme a dormir contigo y a acompañ-

- Peach. Mario... A tu casa, anda...

- Mario. Va-vale...


(La noche sigue permaneciendo en el Reino Champiñón)

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