Mario Fanon Wiki
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Bienvenidos sean a la segunda prueba del concurso y la primera de eliminación, The Master of Art. Esta prueba comienza el 7 de Marzo y termina el 11 de Marzo.

Prueba

En esta prueba haran una historia donde los protagonistas sean la Princesa Daisy y Toadette, el género de la historia será Drama, tambien haran un dibujo a mano de Daisy Toadette interactuando, ya sea dialogando o chocando las manos o cualquier otra cosa. Suerte.

Entregas

Dúo FJä

La noche de aquel día no parecía tener fin. Los allí presentes eran incapaces de imaginarse que el sol volvería a brillar sobre Sarasalandia, después de aquel terrible conflicto ocurrido entre los dos reinos, Ámbar y Sarasalandia. Si bien ya se deducía que un sombra se cernía sobre a ellos, y fácilmente se podía suponer que sus lazos no eran en lo absoluto de amistad, nadie habría creído que en algún momento los dos reinos realmente acabarían batallando entre sí en la guerra. Una guerra muy corta en la que los reyes de ambos reinos acabaron pereciendo.

El orden de las muertes favorecía al rey de Sarasalandia, pues uno de sus capitanes había matado al rey de Ámbar, sin embargo cometió un gran error al armarse de orgullo y perder tiempo arrancando la cabeza de su principal enemigo para después exhibirla con la alevosía propia de un sádico triunfante. Pero por mucho que el rey enemigo estuviera ya muerto, los soldados seguían siendo capaces de defenderse, y uno de ellos logró atravesar al rey de Sarasalandia con una imperceptible flecha que atravesó su yelmo para penetrar en su cráneo.

La victoria final ocurrió horas después, y había sido para Sarasalandia, mas ésto no resultó en nada más que pérdida para la hija del rey, la princesa Daisy, y el pueblo que tanto apreciaba al difunto rey. En un ataud de madera lo transportaron hasta el reino, donde le hicieron la más bella de las tumbas para antes del día de su entierro. A pesar de que el sol estaba en el punto más alto del cielo, no se dejaba de sentir el aire frío y triste de una noche de invierno.

La joven princesa Daisy era activa, alegre e inocente, generosa y con una palabra de ánimo para los demás en todo momento, pero la muerte de su padre le arrebató, aunque fuera temporalmente, varias de estas características. Apenas comía, apenas hablaba, rechazaba todo intento de apoyo por parte de los súbditos de su padre y muchos de sus amigos, únicamente hablando con la princesa Peach de sus angustias. Siempre había compartido opiniones con su padre respecto a asuntos del reino, pero por mucho que lo pensara era incapaz de comprender los problemas que tenía con el reino de Ámbar. “Son cosas de adultos”, decía siempre éste ante las cuestiones que su hija hacía.

Sin embargo había algo en especial que a Daisy le dolía en el alma, y era que no había más descendientes que ella misma, ya que de su madre siempre supo poco por parte de su familia, ya que parecía ser que hablaban poco de ella tras su fallecimiento cuando dio a luz a Daisy, su hermano pereció en una de las conquistas del reino, y ahora su padre cayó también, la única verdadera familia que le quedaba a la pequeña princesa se había ido, lo que significaba que pronto le tocaría a ella asumir el cargo como la nueva monarca real. Parecía como si el mundo se burlara de ella, como si su vida no fuera nada más que una espiral de irónicos sucesos con el objetivo de hacerla sufrir.

Pero no era cierto. Ella sabía que nunca antes había sido así, que siempre había sido alguien fuerte, y debía seguir siéndolo, por el bien de su pueblo, el de sus amigos y el de ella misma. Pero no era capaz, por muy poco de verdad que hubiera ahí, no era capaz de dejar de pensar en eso, en la enorme responsabilidad que caería sobre los destrozados hombros de una melancólica chiquilla inexperta, capaz de ser engañada por el más besugo de los campesinos. ¿Dónde había quedado, pues, la astucia de la que en el pasado hacía gala y de la que era consciente?

Llegó finalmente el día del entierro real, donde asistieron docenas de personas, algunas de ellas disimulando su felicidad por la muerte del rey, otros con los ojos ya rojos antes de que empezara el sacerdote a hablar. El sol brillaba intensamente que, sumado a la cantidad de gente que había presente hacía a muchos de los que allí fueron a presentarle sus respetos al rey sudar, y el barullo que había no ayudaba en lo absoluto.

El silencio se hizo en todo el cementerio en cuando la princesa Daisy apareció aproximándose en su carruaje, llevado por dos corceles negros azabache, dando la impresión de ir también de luto, tal y como hacían las personas que se encontraban allí y la propia princesa Daisy.

La princesa Daisy se bajó del carruaje y se posicionó en un lugar cercano a su padre, al lado de la princesa Peach, quien estaba además acompañada por los hermanos plomeros Mario y Luigi. Peach y Mario abrazaron a Daisy mientras le preguntaban cómo se encontraba y le decían palabras de consuelo, mientras Luigi apenas se limitó a decir un “Lo siento mucho”. Luigi aborrecía los entierros, Daisy sabía bien lo mal que se sentía en ellos, por lo que no le reprochó su comportamiento reservado y le agradeció por venir, no sin antes haber agradecido a los otros dos por su apoyo, el cual continuaba rechazando.

El entierro duró cerca de dos horas, y una vez terminó se retiraron todos a sus casas, a excepción de Daisy, y dos de sus sirvientes, quienes esperaban a que terminara de contemplar la tumba de su padre para volver con ella a palacio. Daisy volvió a casa exhausta, y aún más que aguantar le faltaba, ya que en menos de una semana se celebraría la coronación de Daisy como reina.

Y pronto llegó ese día, antes de lo esperado, se podría decir, ya que los preparativos acabaron muy rápidamente. El reino no podía permanecer mucho más tiempo sin un monarca oficial, por lo que todos los implicados trabajaron duramente hasta tenerlo todo terminado.

La coronación fue corta, y llena de gente susurrándose unos a otros, algunos rechazando a Daisy como la nueva reina y otros apoyándola, pero a Daisy le daba igual lo que pensaran, fuera una cosa o fuera otra, su opinión no cambiaba, no quería ser reina, no en ese momento.

Tras la coronación como tal, se celebró un banquete en una mesa enorme, donde el fondo podía ser difícilmente visto desde uno de los extremos de la mesa de tan larga que era. Le dolía muy profundamente ver a toda esa gente reunida, expectante a sus primeras palabras como nueva reina de Sarasalandia, pero ella simplemente no pudo, y corriendo lo más rápido que puso se retiró a sus aposentos, aterrada y sollozando, hasta que acabó lanzándose sobre su cama. La princesa Peach y Luigi vinieron tan rápido como pudieron, mientras Mario intentaba calmar a las personas que asistieron con un monólogo sobre monedas y cañerías, hasta que en una fila cercana pudo ver una cara familiar.

Toadette, una vez conocida como la princesa Toadstool, estaba allí presente mientras ponía cara de no conocer a Mario, intentando evitarle con la mirada, hasta que éste bajó y la agarró del brazo, para llevarla a un lugar más privado, no sin antes decirle a uno de los guardias que entretuviera a los demás.

Mario se llevó a Toadette hasta una sala bastante iluminada, que parecía ser la cocina, y allí empezó a conversar con ella, intentando convencerla para participar en un plan para animar a Daisy de alguna manera. Toadette se quedó allí escuchando, sintiendo entre curiosidad y confusión.


—En ese caso... ¿tengo que meterme ahí y no hacer ruido?

—dijo Toadette con un tono de duda en su voz.

—Así es, entonces nosotros te llevaremos a su habitación y le diremos que eres su cena —asintió Mario convencido.

—¿No sería más fácil que entrara en persona? —Toadette sentía ese plan muy estúpido.

—No, no creo, no aceptará que entren desconocidos a su habitación.

—¿Desconocidos? ¡Si nos conocemos desde hace tiempo!

—¿En persona? ¿Desde cuándo? —dijo Mario rascándose la cabeza mientras miraba al techo de la cocina.

—... ¿Mario Kart?

—Disculpa, no sé de qué me hablas —dijo Mario con una risita nerviosa.

—Bueno, está bien, supongo que tendremos que hacerlo a tu manera —dijo ya rendida Toadette, tras un profundo suspiro.

Una vez preparado el plan, Mario puso a Toadette en una bandeja grande y la tapó con una cubierta métalica, y se dirigieron a la habitación de Daisy, allí se encontraron a Peach y Luigi saliendo abatidos.

—¿Qué tal ha ido? —preguntó Mario.

—No quiere hablar, parece estar ensimismada en su melancolía...

—dijo Peach en un hilo de voz que mostraba la pena que sentía por su amiga.

—¿Qué llevas ahí, por cierto? —preguntó Luigi mirando con curiosidad lo que Mario sostenía entre sus brazos. —La cena de Daisy —dijo Mario intentando mostrarse lo menos sospechoso posible.

—Suerte entonces con Daisy —dijo Peach, sin terminar de creerse lo que dijo Mario.

Mario tocó la puerta de la habitación de Daisy, y le dijo que le pondría la cena detrás de la puerta, a pesar de las insistencias de Daisy, que decía no tener hambre. Sin embargo una vez dejó de oír las pisadas de Mario, Daisy se abalanzó hacia la puerta, la abrió y agarró lo que había detrás de ella, hambrienta por no haber probado bocado durante el banquete. Se llevó una gran sorpresa cuando vio que la tapa se quitaba sola, y que de la bandeja salía una Toad de champiñón rosa con coletas.

—¡¡Aaah!! —gritó Daisy sorprendida al ver que la Toad se bajaba de la bandeja.

—¡Hola! —dijo Toadette poco convencida de su aparición.

—¿Q-quién eres?... —preguntó Daisy.

—Yo soy Toadette, creo que nos hemos visto antes en alguna ocasión.

—Yo soy Daisy, y no recuerdo haberte visto antes... pero te agradecería si me dejaras sola ahora mismo.

—Pareces tener hambre, ¿te traigo algo de pollo? ¿O no preferirías a uno de mis congéneres, el champiñón 1-Up?

—No necesito comer, gracias... —Al parecer estás triste, ¿qué te aflige, amiga mía? —preguntó Toadette acercando su rostro al de Daisy.

—¡Te he dicho que me dejes en paz! ¡¿Acaso no lo ves?, esto es horrible! —gritó Daisy fuera de sí.

Toadette permaneció callada por un momento, pero después habló de nuevo, esta vez contestando a Daisy.

—Sé lo que se siente, no es muy bonito sentirse destinada a una responsabilidad como esa. Nunca llegué a reina, pero bastante tuve que hacer ya de princesa, ¿no te aburre?

—Claro que sí, yo no quería ésto, ¿pero qué crees que puedo hacer? No puedo hacer nada, no está en mi mano —dijo Daisy con una expresión de pena en su rostro.

—¿Cómo que no? ¿No quieres acaso huír de todo esto? ¿Sentirte libre de preocupaciones mientras vives aventuras?

—No hay aventuras ya para mí... Mientras todos se divertían en sus propias aventuras, yo perdí mi oportunidad de brillar, y ahora esto encima... Soy incapaz ya de disfrutar de mi juventud.

—Si tan mal te sientes, ¿por qué no vienes conmigo a explorar este gran mundo?

—Siento tener que rechazar tu oferta, pero mi pueblo me necesita.

—Parece que prefieres entonces seguir viviendo de una manera que no te gusta. Si ya huiste una vez, ¿por qué no otra? ¡Vamos!

Daisy permaneció dubitativa, y levantó la cabeza, en ese momento Toadette pudo ver una luz en los ojos de Daisy, una luz que parecía volver a despertar después de un sueño, una luz que expresaba la emoción y expectación de la alegre chica sedienta de aventuras que antes conocían todos los habitantes del reino. Al día siguiente, Daisy ya no estaba, y en su lugar había una nota de despedida. En ella no se sentía la tristeza de aquella última semana, no era una carta de suicidio, ni mucho menos. En la carta se podía notar la euforia de la joven, Daisy había vuelto, sólo que, esta vez, sería bastante lejos del lugar que le correspondía en Sarasalandia.

Dúo Jessica y los Rigbdecais

Daisy x toadette

Evaluación

Dúo FJä

  • Mereshi: Buena historia, muy bien redactada, no vi errores ortograficos (Si los hay estoy ciego, kisde [?]). Les doy un 9/10. No entregaron imagen y tienen 0 por esa parte. En total, 9 + 0= 9/2=4,5, asi que su puntaje en total es 4,5.
  • Rose: Hm, bien narrado, aunque me aburre un poco. Tuvo un error, una tilde que se fue corriendo de "ataúd", quizá no quería morir. También, "huir" no lleva tilde. Me dio risa esto: "—¿En persona? ¿Desde cuándo? —dijo Mario rascándose la cabeza mientras miraba al techo de la cocina.

—... ¿Mario Kart?". Bueno, la historia aún así es buena, y eso. Les doy 8/10, y excelente la imagen, totalmente blanca que ni se ve. 8 + 0 = 80 8/2= 4. 4 nada más. 

  • Jake

Dúo Jessica y los Rigbdecais

  • Mereshi:  Un dibujo tan bien hecho y todavia haces el sol con un circulo y rayias? (?, ok no, el dibujo todo bien hecho y prolijo como sueles hacer tus dibujos (Supongo que lo hiciste tu, Jessica), algunos que otras cosas sin importancia que decir sobre el dibujo, te doy un 8,7. No entregaron historia, 0 por ese lado. Tienen en total: 8,7+8=8,7/2= 4,3.
  • Rose: En el dibujo... Ese Lakitu, o está como "kill me plz" o anda de chismoso. Me dio algo de risa ese dibujo por alguna razón, aunque es bueno. Los brazos de Daisy son algo raros, y pareciera que está embarazada. Sin embargo, todo lo demás me gusto, les doy 9. La historia está perfecta, tanto con esa letra transparente que no se puede leer de ninguna forma. ♥ 9 + 0 = 9/2 = 4,5, ok, rly gud.
  • Jake:

Resultados

Por los momentos, Darkest Lizard renuncia.

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